Música para la salud y sus implicaciones

No es una idea descabellada hablar del vínculo intrínseco entre la música y la salud: los griegos incluso nombraron a su dios Apolo, con la supervisión tanto de la música como de la curación.

La ciencia detrás de este concepto se ha estado desarrollando durante años. La música parece afectar al cuerpo y a la mente, ayudando a que ambos entren en un estado de bienestar. Tiene el poder de ralentizar los latidos del corazón, reducir la presión arterial, controlar los niveles de estrés y ayudar a los pacientes que se recuperan de ataques cardíacos o accidentes cerebrovasculares.

Si bien los griegos formalizaron la relación entre ambos elementos, la importancia de la música se ha observado en todas las civilizaciones. El ritmo es algo para lo que parecemos estar programados. Todavía no entendemos exactamente cómo afecta al cerebro, o cómo los humanos distinguen los sonidos armoniosos de los disonantes. Pero lo que está claro es que la música puede proporcionar múltiples beneficios mucho más allá del entretenimiento personal.

En centros médicos, la música se puede utilizar en diferentes áreas con diferentes objetivos, desde quirófanos hasta pasillos y áreas de recepción, pasando por salas de espera. De hecho, las salas de espera en particular se benefician del uso de la música.

Salas de espera

Las salas de espera a menudo parecen diseñadas para inducir estrés en los pacientes: blancas, tristes y estériles. Los estímulos sutiles de estas salas (o la falta de ellos) tienden a tener efectos negativos en los pacientes ansiosos y enfermos, lo que supone un obstáculo para un tratamiento eficaz. En cambio, estos lugares deberían inducir un estado de relajación en el que el paciente se encuentre en condiciones óptimas a la espera de los siguientes pasos del tratamiento.

Aquellos que consideren que las salas de espera son ideales para dirigirse a los pacientes con mensajes promocionales sobre otros servicios que ofrece el centro, pueden hacerlo. Pero para aquellos que, como nosotros, creen que el cliente y su bienestar son lo primero, hablemos de música.

Una ciencia probada

La ciencia respalda el concepto. Los estudios demuestran que hasta el 88% de los pacientes en una sala de espera dicen que la música les ayuda a mejorar su estado de ánimo. Y el 80% llega a decir que la música afecta al trabajo de sus médicos.

Los mismos estudios confirman que la música clásica es la preferida por los pacientes en este entorno, mientras que la música comúnmente conocida como «new age» también cumple los requisitos: tempo estable y lento, progresiones armónicas simples y sin cambios de volumen.

Uno de los experimentos más conocidos en este campo es el de un psicólogo de la Unidad de Investigación del Cerebro Cognitivo de la Universidad de Helsinki. Sesenta personas participaron en el estudio, todas las cuales habían sufrido accidentes cerebrovasculares y habían experimentado efectos directos en el control motor, el habla y la función cognitiva. Divididos en dos grupos, el primer grupo escuchó su música favorita todos los días, mientras que el segundo grupo no lo hizo.

Después de tres meses de rehabilitación estándar, aquellos que habían escuchado música que les gustaba habían mejorado su recuerdo verbal en un 60%, mientras que aquellos que no escucharon música mejoraron solo un 29%.

Una larga lista de beneficios

La lista de beneficios para la salud relacionados con la música es extensa:

1. La experiencia de los procedimientos invasivos mejora de dos maneras: aquellos que escuchan música en los quirófanos muestran menos dolor en el procedimiento, y aquellos que la escuchan en las salas de recuperación son menos propensos a necesitar analgésicos opioides.

2. La música ayuda a mitigar las dificultades del habla cuando un derrame cerebral o un daño en la región izquierda del cerebro las causa.

3. La música rítmica fuerte ayuda a los pacientes de Parkinson a evitar los síntomas de la parálisis.

4. Escuchar música reduce los efectos secundarios de los tratamientos contra el cáncer, disminuyendo la ansiedad, las náuseas y los vómitos relacionados con la quimioterapia.

5. La música disminuye la percepción del dolor agudo, reduciendo la cantidad de analgésicos que necesitan los pacientes.

6. La calidad de vida mejora para los pacientes con demencia cuando se reproduce música que asocian con recuerdos, incluso en casos bastante avanzados de la enfermedad.

Decir que la música tiene poderes curativos podría ser ir demasiado lejos. Sin embargo, lo que es cierto es que, en muchos sentidos, la música ayuda en la recuperación de pacientes enfermos o en recuperación. Si bien los expertos todavía están refinando la ciencia detrás de esto, las conexiones entre las emociones, la salud, la música y la calidad de vida son innegables.

Una cosa más: un número creciente de expertos señalan que los momentos de estrés tienen efectos negativos tangibles. Como defensa contra el estrés, la música puede ser nuestra aliada para preservar lo más importante de la vida: nuestra salud.

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