Puede que no te hayas dado cuenta, pero el concepto Muzak te ha acompañado toda la vida, de forma discreta pero constante. Probablemente lo hayas escuchado en ascensores, hoteles, tiendas o restaurantes sin siquiera prestarle atención, y sin embargo ha influido directamente en la manera en que percibes esos espacios.
En sus orígenes, Muzak fue el nombre de una empresa pionera que desarrolló la conocida “música ambiental” o elevator music. Con el tiempo, el término acabó utilizándose para designar un tipo de hilo musical genérico, diseñado para acompañar al oyente sin distraerlo. De ahí que, más que una marca, Muzak se convirtiera en un concepto universal asociado a la música funcional.
El concepto original de Muzak
En sus comienzos, Muzak era una música sencilla y discreta, compuesta para llenar el ambiente sin resultar intrusiva. Su finalidad era suavizar el silencio y hacer más agradable la estancia en los establecimientos.
El principio detrás de esta idea es sencillo: el silencio en un espacio comercial transmite sensación de vacío o cierre. La música, en cambio, genera confort, cercanía y vitalidad. Desde los años treinta, el hilo musical empezó a utilizarse en espacios públicos y empresas con este propósito.
Sin embargo, con el paso del tiempo, las necesidades de las marcas y del público evolucionaron, lo que transformó por completo este concepto.
De Muzak al “Radio In Store”: una evolución necesaria
Actualmente, el término Muzak se considera un antecedente de lo que hoy conocemos como Radio In Store o audio branding. Ya no basta con poner música para llenar el silencio: la música se ha convertido en una herramienta estratégica de identidad de marca.
El nuevo enfoque consiste en adaptar la música al tipo de empresa, su público y sus valores, creando una experiencia coherente con el mensaje que la marca quiere transmitir. Así, una tienda de moda urbana, una clínica o un restaurante de alta cocina no deberían sonar igual, porque su identidad y sus emociones objetivo son distintas.
Desde SoundMachine, este concepto se aplica a través de una selección personalizada de canales musicales que se actualizan constantemente, con el objetivo de que la música refuerce la conexión entre la marca y el cliente. Es lo que se conoce como branding sonoro, un lenguaje más emocional que busca que el cliente se sienta identificado con los valores de la marca.
Un canal de comunicación con el cliente
La música ya no se limita a acompañar, sino que se ha convertido en un canal de comunicación entre la marca y el consumidor. A través de ella, las empresas pueden transmitir su personalidad, estado de ánimo y valores, reforzando lo que se percibe en el resto del entorno visual o sensorial.
Las actuales plataformas de audio comercial, como SoundMachine, permiten disponer de listas temáticas y personalizadas. Por ejemplo, se pueden crear playlists orientadas a momentos concretos del año como Navidad o campañas de verano, o listas basadas en emociones o géneros musicales específicos. Cada espacio y cada marca puede disponer de un canal sonoro diseñado a medida.
La música también influye en los trabajadores
El hilo musical o el concepto Muzak moderno no solo mejora la experiencia del cliente, también beneficia al personal. Los trabajadores pasan muchas horas en el establecimiento y su estado de ánimo influye directamente en su productividad.
Diversos estudios lo confirman. Según una investigación de Vision Critical, el 88 % de los empleados se sienten más motivados y eficientes cuando trabajan en entornos con música. Esto demuestra que la música no solo ambienta, sino que contribuye al bienestar general del equipo humano, ayudando a crear un ambiente más positivo y productivo.
En definitiva, Muzak fue el punto de partida de lo que hoy entendemos como música corporativa personalizada. Lo que comenzó como simple música de fondo se ha transformado en una herramienta fundamental de comunicación, identidad y bienestar tanto para las marcas como para sus clientes.